Un activo se puede dividir en diferentes tipos: industrial, oficinas, retail, residencial, etc. Cada tipo de inmueble se clasifica en diferentes categorías “A, B o C”. Siendo “A” la categoría más alta y “C” la más baja; el indicador más común para la clasificación de un activo es la edad del inmueble.
La edad es uno de los factores más importantes ya que un activo nuevo siempre va a tener mayor valor que un activo viejo. De igual forma, los activos pueden construirse con muchos tipos de materiales, factor clave en esta clasificación, ya que la durabilidad entre los materiales puede variar y el ciclo del activo comprende cuatro estaciones: recuperación, expansión, sobreoferta y recesión.