El mundo avanza hacia una nueva era caracterizada por la consolidación de las regulaciones ambientales. En el Real Estate esto implica un aumento en la demanda de los inquilinos por edificios más sustentables y en la preocupación de los inversores por un mayor compromiso en materia de gestión de activos con RSG+R (Responsabilidad Social, Gobernanza y Resiliencia, o ESG+R en inglés), de transparencia en los reportes y de planes de reducción de huella de carbono de los inmuebles comerciales corporativos.

Y es que el interés por parte de clientes, inversores y consumidores sobre cómo las compañías abordan el tema ambiental, social y de gobierno en sus organizaciones se encuentra en aumento. Esto incluye desde el uso de los recursos naturales, la reducción de residuos, el gobierno de la empresa y el trato con sus colaboradores, el medio y la comunidad donde operan, hasta cómo sus ejecutivos cumplen con las regulaciones y reportes a nivel local y global si correspondiere. De hecho, los criterios ESG se han convertido hoy en un factor importante a la hora de determinar el valor mismo de cada propiedad.

Del lado del Real Estate, crear y diseñar espacios e inmuebles amigables con el medioambiente, el entorno y todo aquel que los visita se ha vuelto, cada vez más, una exigencia para mantener el valor y el interés de la propiedad.