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¿Qué impulsará el mercado industrial y logístico de Colombia en 2026?

En 2026, el mercado industrial y logístico colombiano enfrentará su mayor cambio estructural en una década. Ya no se trata de construir más espacio, sino de diseñar infraestructura inteligente capaz de responder a cadenas globales de suministro, automatización y criterios ESG.

En este artículo los factores que están reconfigurando el valor de los activos industriales: tecnología, productividad, nearshoring y resiliencia operativa.

El 2026 marcará un punto de inflexión para el mercado industrial y logístico colombiano. No se trata simplemente de construir más bodegas, sino de entender cómo cambia el significado mismo del espacio industrial. Hoy, los metros cuadrados han dejado de ser el centro de la ecuación: lo son la productividad, la automatización y la capacidad de adaptación a cadenas de suministro globales cada vez más sofisticadas.

Durante los últimos años, Colombia ha demostrado su potencial como punto de conexión regional, pero el nuevo ciclo exige más que ubicación. La competencia ya no será por quién tiene el mejor lote, sino por quién
ofrece infraestructura inteligente, preparada para tecnología, automatización y eficiencia energética.

El nuevo pulso de la demanda

El auge del comercio electrónico, la omnicanalidad y la transformación del consumo están impulsando una demanda sin precedentes por espacios industriales modernos. Pero el reto ya no está en la cantidad, sino en la capacidad de respuesta. Los usuarios empresariales buscan operaciones más ágiles, tiempos de entrega más cortos y trazabilidad total. Las bodegas del futuro inmediato no solo almacenan productos: procesan, integran y distribuyen en tiempo real.

En Bogotá, Medellín y la Costa Atlántica ya se observan desarrollos que priorizan la logística urbana, los centros de consolidación regional y los hubs multimodales. Sin embargo, para 2026, los clientes no estarán preguntando cuántos muelles tiene una bodega, sino qué tan rápido puede adaptarse su layout, su red eléctrica o su sistema automatizado a los picos de demanda.

Cuando la tecnología define la decisión

A mediados de 2025, un inversionista internacional que buscaba instalar su hub logístico en Colombia nos contactó con una solicitud concreta: necesitaban más tecnología y menos metros inactivos. El requerimiento incluía brazos robóticos para picking, módulos AMR (robots móviles autónomos), pasillos automatizados de almacenamiento y un sistema de gestión conectado en tiempo real con sus operaciones en tres países.

El reto fue significativo. Las soluciones de automatización de almacenes —ASRS, WMS con inteligencia artificial, robótica colaborativa— aún no son estándar en el país. Pero este proyecto nos mostró algo claro: la tecnología dejó de ser un valor agregado para convertirse en un requisito.

“El diferencial ya no está en el ladrillo. Está en la productividad por metro cuadrado, en la energía que se ahorra y en los segundos que se ganan en cada ciclo logístico”, afirma Daniel Sierra , senior broker industrial.

En mercados como México o Brasil, los parques industriales de nueva generación ya integran subestaciones dedicadas, paneles solares y sistemas de picking robotizado. En Chile y Perú, los centros fríos automatizados y los contratos con indicadores de eficiencia logística son tendencia.

Colombia aún no ha alcanzado ese nivel de madurez, pero está cerca: la inversión extranjera exige interoperabilidad tecnológica y certificaciones ESG verificables.

Un mercado que exige inteligencia

El activo industrial de 2026 no será medido por su fachada, sino por su inteligencia operativa: sensores IoT, control de temperatura, consumo y mantenimiento predictivo; conectividad 5G; gestión energética descentralizada.

La inversión se desplazará hacia activos que reduzcan costos de operación, ofrezcan datos en tiempo real y garanticen continuidad sin interrupciones.

La demanda no se desacelera, pero se sofistica. El valor del activo ya no lo define su tamaño, sino su capacidad de generar eficiencia y resiliencia.

Más allá del metro cuadrado

Para los desarrolladores e inversionistas, el desafío será leer la nueva lógica: la de un mercado que pide menos bodegas convencionales y más plataformas operativas inteligentes.

Las compañías que inviertan en automatización, sostenibilidad y diseño escalable tendrán una ventaja estructural frente a las que sigan ofreciendo espacios genéricos.

Colombia tiene la ubicación, la conectividad y el talento. Lo que definirá su liderazgo en 2026 será la capacidad de anticipar cómo evoluciona la cadena de suministro y cómo responder con activos que acompañen esa transformación.

Porque el futuro del real estate industrial no se medirá en metros, sino en segundos, kilovatios y datos. Y quienes lo entiendan, estarán liderando la próxima ola.

Colombia avanza hacia un modelo donde los metros cuadrados ya no bastan. La eficiencia, la interoperabilidad tecnológica y la sostenibilidad determinarán el retorno sobre inversión de los próximos proyectos industriales. 

¿Está preparada la oferta actual para responder a la nueva escala de exigencia de los ocupantes globales?

Contacto

Daniel Sierra

Industrial Senior Associate, Newmark Colombia

Daniel.Sierra@nmrk.com

Aurora Turriago

Research & Marketing Director, Newmark Colombia

Aurora.Turriago@nmrk.com

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