Un liderazgo centrado en las personas, con empresas más humanas, es lo que demanda el presente. Donde debe primar la empatía, el respeto, la escucha, la comprensión y la honestidad. Entendiendo aquello que la persona valora para poder tomar decisiones más eficientes y estando preparado para realizar cambios cuando sean necesarios.
Estar en contacto con los colaboradores, entonces, permitirá accionar de forma más rápida. Después de tanto tiempo de incertidumbre, la transparencia y la apertura serán factores claves.