Decir que el trabajo híbrido es la modalidad que viene, no es noticia nueva. Después de un año y medio de trabajo remoto hemos aprendido muchas cosas en lo que respecta los pros y contras de la virtualidad y aquello que extrañamos de la presencialidad.
Hoy en día, los empleados quieren variedad y flexibilidad. No quieren perder muchos de los beneficios que conlleva el home office, pero desean también compartir espacios, tener reuniones de equipo presenciales y fomentar la productividad y la cultura empresarial.
El desafío entonces, no es confirmar que la vuelta será híbrida.
El desafío es entender cómo llevarla a la práctica.
Para definir el regreso, es fundamental estar preparado para poder responder a cambios repentinos. Es importante entender que las decisiones que tomen los líderes en este momento tendrán un enorme impacto en el futuro de las organizaciones. Se requiere y se exige entonces un management activo, ágil.
La vuelta debe brindarle seguridad a los empleados. Hay que hacer foco en la gente. Se deben tomar medidas diseñadas con un enfoque en los colaboradores, diseñando protocolos eficientes y modificando algunos aspectos de las instalaciones.
Hay que repensar entonces la experiencia del empleado. Flexibilidad y bienestar se vuelven puntos claves en el planeamiento.
Un liderazgo centrado en las personas, con empresas más humanas, es lo que demanda el presente. Donde debe primar la empatía, el respeto, la escucha, la comprensión y la honestidad. Entendiendo aquello que la persona valora para poder tomar decisiones más eficientes y estando preparado para realizar cambios cuando sean necesarios.
Estar en contacto con los colaboradores, entonces, permitirá accionar de forma más rápida. Después de tanto tiempo de incertidumbre, la transparencia y la apertura serán factores claves.
Por lo tanto, el mejor modelo, no será el diseñado por RRHH, si no el planificado junto a las personas. La agilidad será primordial. Primordial porque permitirá adaptarse a los diversos contextos que se enfrenten las compañías. Compromiso y comunicación deberán estar presentes en todo momento.
Hay que entender además qué es lo que necesita cada empresa en particular, teniendo en cuenta la cultura, el contexto y el país y ciudad en donde están ubicadas.
Colaboración y unión son los protagonistas en el diseño de un modelo de trabajo futuro. Tener en cuenta deseos y expectativas de colaboradores, líderes y compañías es la clave para poder crear una vuelta satisfactoria.