“Se considera que un edificio es inteligente cuando puede satisfacer de manera automatizada y controlada las diferentes demandas entre las que se encuentran seguridad, energía, o confort, para lograr mayor eficiencia y menor costo de operación”
El concepto se origina de smart building, traducido al español como edificio inteligente; sin embargo, en inglés smart e intelligent refieren a dos cosas distintas. Intelligent es algo que se puede medir con una prueba IQ para identificar la agudeza mental humana, es decir, no es aplicable a una edificación. Mientras que smart es una cualidad que
se obtiene con la experiencia. Esta la puede adquirir un inmueble mediante recolección de datos y manejo de información a través de diversos dispositivos que permiten cumplir un objetivo en específico. Así lo explicó en entrevista con Inmobiliare, María L. Valdez, Managing Director – Sales, Transitions & Governance de Newmark México.
¿Cómo es que un smart building puede aportar soluciones ante la nueva normalidad?
¿A qué certificaciones pueden acceder estos edificios?
¿Cuáles serán las próximas tendencias en los edificios inteligentes?
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Fuente: Inmobiliare #125, páginas 100 a 107