Posiblemente, la principal desventaja es que el vendedor transfiere el título al comprador. Los propietarios pueden minimizar esta desventaja mediante la inclusión de una opción de recompra en el contrato de arrendamiento.
Por otra parte, al final de un contrato de arrendamiento sin ninguna opción de renovación, el vendedor puede tener que negociar una extensión del contrato bajo nuevos términos de arrendamiento o puede verse obligado a reubicar su operación.
El vendedor también pierde la flexibilidad asociada con la propiedad, como modificar instalaciones y si el mercado de alquiler se suaviza puede estar encerrado en la tasa de alquiler más alta negociada en el momento del contrato de arrendamiento de venta.
Los vendedores deben buscar un inversor bien capitalizado y experimentado con experiencia en este tipo de operaciones. Asimismo, la inteligencia de mercado actualizada y consultoría inmobiliaria de primer nivel es primordial para ayudar a guiar la toma de decisiones.
Es de suma importancia que ambas partes detallen de manera profunda las expectativas y términos contractuales para el contrato de Sale-Leaseback. De esta manera se logrará un beneficio a corto, mediano, o largo plazo.