El mercado corporativo de la Ciudad de México da muestras de recuperación respecto a todo el periodo de pandemia y las empresas necesitan flexibilidad y rapidez para ocupar nuevamente los espacios de oficinas. Estos espacios -que ya se encuentran con mejoras e incluso algunos con mobiliario-, están siendo favorecidos en elección por las empresas ya que permiten no realizar una inversión al reubicarse y poder operar de manera rápida en el nuevo espacio.
¿Qué es un espacio flexible?
Es aquel que puede cumplir múltiples funciones. Este puede ser una habitación o espacio adaptable y que se puede personalizar para cumplir más de un propósito. De hecho, el término espacio flexible comenzó como un descriptor de un área de almacén industrial que podría “flexionarse” en espacio de oficina, o cualquier otra cosa que pudiera ser necesaria.
Las flex offices son centros de trabajo evolucionados que han sido concebidos para adaptarse al máximo a las necesidades de las empresas. Son como un “lienzo en blanco” en el que el cliente decide cuántos metros cuadrados necesita y cómo los quiere distribuir. Disfruta, además, de todos los servicios necesarios para desarrollar su actividad desde el primer día y solo paga por lo que utiliza, sin tener que preocuparse de nada más.
La globalización y las nuevas tecnologías han dado lugar a lo que se conoce como la transformación digital de las empresas. En este nuevo contexto, las necesidades de las compañías cambian y los espacios de trabajo deben adaptarse a estas, por lo que las flex offices ofrecen a las empresas la adaptabilidad y flexibilidad que demandan en estos momentos. Dentro de una flex office, es posible encontrar despachos y oficinas, salas de reuniones, praderas para coworkers, zonas de descanso, etc. Es decir, concentran en un mismo edificio todos los servicios que una empresa puede requerir para que ésta tenga la libertad de recurrir a unos u otros según sus necesidades.
Además, no se tiene que preocupar por adquirir mobiliario, contratar internet o buscar un servicio de limpieza. Los espacios flexibles funcionan con el sistema plug and play; es decir, cuando llegas todo está listo para que empieces tu actividad y, además, cuentas con profesionales que hacen tu día a día más sencillo facilitando los servicios que necesites (recepción, reprografía, mensajería, organización de eventos, etc.).
Las principales ventajas de un flex office son:
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Flexibilidad en el espacio: se contratan los metros necesarios, pudiendo cambiarlos cuando sea necesario, y se distribuye la oficina a gusto.
Flexibilidad de precio: es posible reducir costes en cualquier momento cambiando de sitio, pero manteniendo la misma ubicación.
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Flexibilidad en el contrato: desde el momento en el que se firma, se tiene acceso al lugar de trabajo y este se encuentra dispuesto para acoger la actividad.
Flexibilidad de servicios: el usuario tiene a su disposición todos los servicios que desee, pudiendo solicitar soporte para aquellos que no estén a su alcance. Además, si la flex office forma parte de una cadena es posible reservar salas de reuniones o puestos de trabajo temporales en cualquiera de sus ubicaciones.
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Cultura: la empresa mantiene viva su cultura porque, a pesar de encontrarse en un entorno compartido, tendrá la posibilidad de adaptar el espacio a sus necesidades, lo que le permitirá mantener la esencia y la identidad corporativas.
Colaboración y networking: trabajar cerca de otros profesionales también puede resultar en colaboraciones, sinergias e incluso nuevas oportunidades de negocio.
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Ubicaciones prime: los flexspace suelen estar ubicados en zonas empresariales de las ciudades y, habitualmente, en edificios de oficinas importantes.
Ante la complejidad del mercado corporativo después de años de incertidumbre se creó flex offices, un esquema que si bien no es nuevo, está teniendo mucho interés con la idea de contar con espacios acondicionados y específicos para cada empresa, lo cual será una tendencia a lo largo del próximo año.